Éste es el cuento que nuestra primera familia lectora ha escrito en el cuaderno viajero:
En
el pueblo de Taun era habitual que todas las casas tuvieran una
biblioteca, todas menos la de Olgari. A sus padres no les gustaba
leer y les parecía una tontería tener libros y libros ocupando
espacio.
Cada
mañana al llegar al colegio todos los niñ@s hablaban de sus viajes,
esos viajes que hacían al leer las fabulosas historias que había en
sus libros.
Al
escucharlo Olgari se entristecía, ¡cómo deseaba tener entre sus
manos uno de esos libros!
Un
día, al salir del colegio y mientras caminaba hacia su casa, se
encontró con la Princesa Jiahui sentada junto a un árbol leyendo en
voz alta una historia mágica. Olgari hubiese deseado quedarse a
escuchar el final de la historia, pero se había hecho tarde y en
casa la esperaban.
La
Princesa se percató del interés de Olgari y no quiso que se quedara
sin escuchar las bonitas historias que los libros le podían enseñar.
Así
cada noche Jiahui acudía a casa de Olgari y le leía cuentos y
poemas tan bonitos como el del Viaje de China:
Venían
de viaje muy lejos
de
China decían
donde
allí la gente siempre dormía.
Sus
ojos rasgados así parecían,
siempre
adormilados, sus padres reían.
A
veces el sueño le vencía pero Jiahui siempre le decía la misma
frase:
“Quedarse
despierto para terminar un buen libro, te asegura dulces sueños”
Jiahui
no faltó ni un solo día a su cita lectora, eso hizo que con el paso
del tiempo Olgari tuviera claro que iba a ser de mayor…
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